Drew Mestemaker, el quarterback que nadie esperaba
De walk-on sin beca a líder nacional en North Texas, la historia más improbable (y más humana) del College Football 2025.
En una temporada llena de grandes nombres y millones en NIL, la historia más inspiradora del College Football no viene de Alabama ni de Ohio State. Viene de Denton, Texas.
De un chico que no tenía beca, que ni siquiera era titular en high school, y que hoy está liderando a North Texas como uno de los quarterbacks más productivos del país.
De la banda al centro del campo
Drew Mestemaker creció en Austin soñando con lanzar pases decisivos, pero nunca tuvo su oportunidad. En el instituto Vandegrift, uno de los más potentes del estado, pasó sus años como suplente, jugando en defensa o despejando balones. Nunca fue reclutado, nunca tuvo estrellas junto a su nombre.
Cuando muchos habrían colgado el casco, él decidió seguir. Llegó a la Universidad de North Texas como walk-on, sin beca y sin promesas. Pagaba por entrenar, era el sexto quarterback del equipo, y aun así se quedaba después de los entrenamientos para lanzar. No esperaba un golpe de suerte, esperaba su momento.
El partido que lo cambió todo
Ese momento llegó en enero de 2025. El quarterback titular se marchó del equipo justo antes del First Responder Bowl, y el entrenador Eric Morris decidió arriesgar.
Le dio la titularidad a Mestemaker.
Era su primer partido como quarterback desde hacía cuatro años. Y respondió con 393 yardas de pase, tres touchdowns y una sensación que nadie olvidó: North Texas había encontrado a su líder.
Desde ese día, nada volvió a ser igual.
Cuando el talento y el momento se cruzan
Meses después, ya con beca y la confianza del equipo, Mestemaker ganó el puesto de titular y convirtió a North Texas en una de las grandes sorpresas del país.
Con él, los Mean Green han pasado de ser un programa olvidado a pelear con potencias mucho mayores. Su ataque está entre los más productivas del país y, a principios de noviembre, rozan el top-25 con un récord histórico (7-1).
El punto más alto llegó en la victoria ante Charlotte, donde Mestemaker lanzó 608 yardas, rompiendo el récord de la conferencia y entrando en un club que solo 21 quarterbacks en la historia de la FBS han alcanzado. Pero más allá de las cifras, lo que queda es la historia. La de un chico sin nombre que transformó un programa con calma, carácter y fe.
Lo que representa
Lo de Drew Mestemaker no va solo de yardas o estadísticas. Va de lo que ocurre cuando el momento justo se cruza con la persona adecuada.
North Texas fue el escenario, Eric Morris el guía y Mestemaker el recordatorio de que todavía hay sitio para las historias que se construyen desde abajo.
En un fútbol universitario dominado por los grandes presupuestos, su camino devuelve algo esencial: esperanza.
Para los que no fueron reclutados. Para los que siguen creyendo que el trabajo diario aún tiene recompensa. Para los equipos pequeños que sueñan con codearse con los grandes.
Drew Mestemaker no solo está ganando partidos. Está recordándole al College Football que el corazón también cuenta.





