El día que los 49ers dejaron de esperar a Brandon Aiyuk
Una decisión dura sobre el papel, pero que puede ser el movimiento más liberador para San Francisco desde hace años.
A veces un proyecto mejora cuando deja de engañarse y San Francisco llevaba más de un año intentando sostener algo que ya no existía: la relación con Brandon Aiyuk.
La renovación millonaria de 2024, la lesión, las ausencias, el silencio… todo iba en una dirección que nadie quería reconocer.
Hasta que llegó la noticia que lo confirma: los 49ers han anulado todas las garantías del contrato de Aiyuk para 2026.
No es un detalle. Es el aviso definitivo de que la relación se ha terminado.
Qué implica realmente para los 49ers
Para San Francisco, lo que ha ocurrido con Brandon Aiyuk no es solo una decisión deportiva. Es, ante todo, una decisión económica y de gestión de plantilla que cambia por completo el futuro inmediato del equipo.
La clave está en entender qué supone anular las garantías de 2026, porque ahí es donde todo se decide.
Aiyuk firmó una extensión millonaria en 2024, y esa renovación incluía una cantidad crítica: casi 27 millones garantizados en 2026. Ese dinero era el verdadero obstáculo para poder separarse del jugador sin arruinar el plan financiero.
Cuando los 49ers deciden anular estas garantías (amparándose en ausencias, incumplimientos y falta de comunicación durante su rehabilitación) el contrato cambia de naturaleza. Lo que antes estaba blindado, deja de estarlo. Y eso abre la puerta a que el equipo pueda cortar al jugador sin tener que pagar un solo dólar de su contrato a partir de 2026.
Es como si el equipo hubiera encontrado una salida de emergencia que hasta ahora no existía.
Qué deja de pagar San Francisco
A partir de ahora, si los 49ers se separan de Aiyuk antes de que se active el option bonus de 2026 (algo que ocurriría en primavera):
• No pagarán los 27 millones que tocaban en 2026.
• No pagarán los casi 28 millones de 2027.
• No pagarán los 30 millones de 2028.
En total, el equipo evita aproximadamente 85 millones de dólares en dinero real que, de otra manera, habría salido del bolsillo del dueño.
Esto, para cualquier equipo NFL, es un giro drástico. Para los 49ers, directamente cambia el plan económico de los próximos tres años.
El matiz contable: el “dead money”
Aquí es donde suele perderse la gente, así que lo explico de manera simple.
Aunque los 49ers no paguen ni un dólar más a Aiyuk, sí se llevan dinero muerto en el tope salarial. El famoso dead money, que no es dinero real, sino la parte del signing bonus y del option bonus ya pagados que todavía quedaban por prorratear.
En el caso de Aiyuk, esa cantidad pendiente ronda los 29.5 millones.
Dependiendo del momento en el que ejecuten la salida, ese dinero muerto puede repartirse así:
• Si lo cortan antes del 1 de junio:
Todo cae de golpe en 2026.
→ Dead cap 2026: ~29.5M
• Si lo cortan con designación post–June 1:
Se divide entre dos años.
→ Dead cap 2026: ~11–12M
→ Dead cap 2027: ~17–18M
Nada de esto implica pagar dinero adicional al jugador.
Es solo contabilidad.
Aunque el impacto pueda parecer grande, es infinitamente más llevadero que pagar 85 millones en cash en los próximos años. Y esto es algo que cualquier general manager prefiere: asumir dead money puntual a cambio de no hipotecar tres temporadas completas de presupuesto.
Qué puede pasar ahora con Aiyuk
El futuro de Aiyuk es una incógnita. No juega desde hace más de un año, su rodilla sigue siendo una duda seria y su comportamiento reciente tampoco ayuda a que un equipo apueste fuerte por él.
Puede recibir interés puntual, puede firmar un contrato corto para demostrar que está sano o puede acabar en un escenario donde su valor haya caído demasiado. Es un jugador talentoso, pero ahora mismo casi todo lo que rodea su situación juega en su contra.
A nivel deportivo, tendrá que convencer desde cero.
Qué pueden hacer los 49ers a partir de aquí
Para los 49ers, esto abre una etapa nueva. No tienen que reconstruir nada alrededor de un jugador cuya situación llevaba bloqueando decisiones desde hace meses. Ahora pueden moverse con libertad.
El Draft de 2026 viene cargado de receptores de nivel, muchos con impacto inmediato. Con la plantilla actual, un pick en esa posición encaja perfectamente y no exige compromisos económicos peligrosos. Es un escenario mucho más manejable que seguir atados a un contrato enorme y a un jugador que no ha estado conectado al equipo durante más de un año.
San Francisco necesitaba claridad, estabilidad y poder mirar hacia adelante sin condicionantes.
Ahora lo tiene.
Una reflexión sobre proyectos que avanzan y proyectos que se estancan
Aiyuk fue importante en su momento. Tuvo un gran 2023 y justificó la renovación. Pero con el tiempo, la relación se deterioró y el equipo terminó dependiendo de una situación que no tenía salida fácil. Esto pasa en todos los proyectos deportivos: a veces, lo que funcionó hace dos años ya no encaja en la realidad actual.
Los 49ers han tomado una decisión que les permite seguir creciendo sin arrastrar un problema que no iba a resolverse. No es una decisión agradable, pero sí necesaria. Sobre todo para un equipo que quiere competir y que no puede vivir pendiente de un jugador desconectado.
La salida de Aiyuk no arregla todo, pero elimina un condicionante que llevaba demasiado tiempo frenando al equipo.
Y eso, para los 49ers, es avanzar.







