Jaxson Dart: cómo se moldea un quarterback universitario en la NFL
Jaxson Dart está viviendo justo esa etapa en la que un quarterback deja atrás la universidad y empieza a entender lo que significa ser profesional.
Los New York Giants lo seleccionaron en primera ronda, y en esta pretemporada hemos visto los primeros pasos de un proyecto en marcha.
Lo interesante aquí no es solo Dart, sino cómo se transforma un talento en bruto procedente de Ole Miss en un quarterback capaz de sostener un ataque NFL. Ese salto, que muchos no consiguen dar, es el que está guiando Brian Daboll con precisión.
Del esquema de Kiffin al método de Daboll
En Ole Miss, Dart jugó bajo un sistema muy amable con los quarterbacks: lecturas simples, mucho RPO, jugadas rápidas. Sus números fueron brillantes en 2024 (4.266 yardas, 29 TDs, 6 INTs), pero la duda era evidente: ¿qué pasaría al sacarlo de ese entorno? ¿Podría procesar defensas más complejas, progresar más allá de la primera lectura, manejar un pocket colapsando?
La NFL exige más, y Daboll lo sabe. Por eso, desde el primer día, lo ha enfrentado a conceptos que no había visto. Lecturas de tres y cuatro opciones, ajustes de protección, diagnósticos pre-snap. El objetivo es claro: ampliar la visión de un quarterback que, hasta ahora, había brillado en un sistema cerrado.
Lo que deja la pretemporada
Dart ha respondido con señales prometedoras: 32 de 47 pases completados, 372 yardas, 3 TDs y ninguna intercepción en tres partidos. Pero más allá de los números, hay detalles que hablan de progreso.
NFL Next Gen Stats apuntó que enfrentó presión en el 35% de sus dropbacks, completando el 60% de sus lanzamientos en esas situaciones. En Ole Miss, esos mismos escenarios acababan casi siempre en scrambles o checkdowns rápidos. Ese cambio de mentalidad es justo lo que se busca.
Moldeando el reloj interno
Uno de los grandes puntos de trabajo con Daboll está en el “reloj interno”. En college, Dart tardaba una media de 2.8 segundos en lanzar. En pretemporada, ya está en 2.5, un detalle pequeño pero vital en la NFL, donde esas décimas marcan la diferencia entre un sack y un pase completo.
La otra parte es el pre-snap. En Ole Miss, Dart apenas asumía responsabilidades de protección. Ahora, los Giants lo están poniendo en situaciones donde debe identificar al “Mike”, ajustar la línea y reconocer blitzes antes del snap.
El proceso y la paciencia
Daboll está siguiendo un guion que ya aplicó con otros quarterbacks: ponerlos en escenarios exigentes, corregirlos en la sala de vídeo y dejar que aprendan detrás de veteranos. Dart ha compartido sala con Russell Wilson y Jameis Winston. El primero lo ha elogiado por su hambre. El segundo lo ha empapado de la importancia de la preparación mental. Y mientras tanto, Daboll lo repite claro: “Compite, y eso es lo que pido”.
Aún hay camino por recorrer. Dart debe limpiar su footwork, aprender a no confiar ciegamente en su brazo y mejorar la consistencia al reconocer coberturas disfrazadas. Pero todo esto forma parte del proceso.
Conclusión
Convertir a un quarterback universitario en uno de NFL no es cuestión de números ni de highlights, sino de construir hábitos, disciplina y lectura del juego. Jaxson Dart está mostrando en la pretemporada que tiene las herramientas físicas y mentales para dar ese salto. La mano de Brian Daboll, paciente pero exigente, está moldeando lo que podría ser el futuro de los Giants.
La temporada regular será otra historia, pero al menos este agosto ha servido para confirmar algo: Dart no es solo un producto de un sistema universitario. Está empezando a ser un quarterback NFL.





